Los arquitectos creen que ahora triunfan las estructuras abstractas, inspiradas en la naturaleza, o los símbolos culturales y de ingeniería. También hay edificios que parecen naves listas para despegar, pero ganan las curvas. Y los rascacielos, por supuesto: nunca hemos dejado de mirar al cielo. También la eficiencia en el consumo, la buena relación con la naturaleza, con bosques en las azoteas y con soluciones sostenibles.

Nuestro primer edificio conecta en cierta forma con el pasado (léase sueño espacial). Es el primer aeropuerto espacial para vuelos comerciales que se construye en el mundo, en la ruta de El Camino Real, desierto de Nuevo México. Es una obra de Foster and partners, con el todopoderoso Richard Branson (Virgin) como impulsor, que comenzó en 2009 y ya se terminó. Según sus autores, «la forma sinuosa del edificio en el paisaje y sus espacios interiores buscan capturar el drama y el misterio del vuelo espacial en sí». Este puerto espacial ya recibe visitas turísticas.